Nací en Barcelona, en la primavera de 1969. Desde entonces ha llovido bastante, por lo que he tenido tiempo de aprender mucho.
De pequeña, ser la menor de cuatro hermanos me dio un montón de información, podía observarlo todo sin que nadie se diera cuenta. Era como haber venido con un libro de psicología bajo el brazo, analizaba cada situación, y con mi voz interior conversábamos a menudo para entender y comprender todo lo que ocurría a mi alrededor.
Aparentemente no había necesidad de hacer terapia, no viví maltrato, ni sufrí ninguna muerte prematura, ni enfermedad grave. En casa se me explicaba que ir a misa los domingos curaba todo, pero lo que realmente me curaba eran las excursiones a la naturaleza. Sin embargo, hacer terapia me ha ayudado a trabajarme la falta de comunicación, los miedos inconscientes y darme el permiso para tener mi propio sistema de creencias. No sabemos lo que cargamos hasta que hacemos terapia, ¡es tan liberador!
A los veintiséis y veintiocho fui madre de dos personas extraordinarias, dos Maestras. Aquí empecé mis prácticas de psicología, ¡en vivo y en directo! En los pocos ratos libres que tenía, me tragaba libros que me nutrían para saber acompañar a dos criaturas en crecimiento, a la vez que me ayudaban a entender a mi niña interior.
Un diagnóstico de mi primera hija me llevó a conocer las Flores de Bach. Me hicieron descubrir una filosofía de vida, una guía que me resonaba muy adentro. Fueron unos años de aprender sobre emociones, sobre tipos de personalidades, sobre tipos de heridas psicológicas, sobre cómo expandir el potencial que todo el mundo lleva dentro de su semilla. Todo un éxtasis que sentía al llenar mi insaciable sed de aprender sobre los humanos. Ah, por cierto, mi hija está sanísima, y las esencias florales me han acompañado desde entonces.
Y ya no hubo nada que me detuviera a seguir aprendiendo. Cursos y cursos, horas y horas, libros leídos y un montón de dinero muy bien invertido. Todo ello sin ninguna estructura universitaria que me avale, pero mi honestidad y la confianza que tengo en todo el conocimiento obtenido me guía para saber hasta dónde puedo llegar.
Tengo facilidad para captar la belleza de todo y de todos, y la disfruto, especialmente la que hay en la naturaleza, que nos la regala por todas partes. Conozco los beneficios de una alimentación equilibrada, la meditación y el ejercicio habitual. Me gusta aprender y seguiré haciéndolo hasta el último día.
Desde 2008 atiendo a personas con dificultades para vivir diferentes situaciones: en sus relaciones familiares o de pareja, en la crianza, en momentos de crisis existencial o profesional, por poner algunos ejemplos. La mayoría llega a mí debido a la ansiedad que sufren, la angustia, el insomnio, la tristeza, la migraña o un gran estrés que no saben gestionar. El cuerpo es un gran mensajero, hay que escuchar su chirriar para enderezarnos.
Si lo que te ocurre en estos momentos no te hace sentir bien, no lo dudes, busca ayuda. Pregúntame sin compromiso y te diré si todo lo que me conforma como persona puede serte útil.
[Si necesitas más referencias sobre mí, puedes pedírselas a mis maestros: Ricardo Orozco (Terapia Floral del Dr. Bach), Carmen Hernández Rosety (Relación Terapéutica con PNL y Gestalt), Teresa Forcades (EFT-Tapping), Montserrat Simón (Reiki), Maria Martínez Calderón (Constelaciones Familiares) y Ricardo Eiriz (Método Integra)].

- Sólo desde la paz puedo empezar a construir algo diferente.
- La belleza es al ser quien tú ya eres.
- Para crear un mundo nuevo debemos empezar por uno mismo, autoresponsabilidad, dejar el rol infantil de que “lo que está fuera” lo resolverá todo.
- Aprender a estar sanos, la salud es nuestro estado natural.
- Todos tenemos una forma única de percibir el mundo.
- Dejar de juzgar te convierte en creativo y dejas de ser destructivo.
- Si aumentas tu capacidad de percibir, cambiarás tu realidad: cambiando el sistema de creencias vas a cambiar tu mundo.
- Donde está tu atención es lo que estás creando: quejas = más quejas; agradecimiento = más cosas buenas.
- Los átomos de carbón si están bien ordenados se convierten en un diamante; si no lo están, se utilizan como mina de lápices.
- La semilla de un mundo mejor está en ti. Todo germina en el momento adecuado, es necesario confiar y ser paciente.